Ubicado a 15 kilómetros al sur de Clermont-Ferrand, este circuito, también conocido como Charade, fue inaugurado en 1958. Su trazado es montañoso y consta de 51 curvas.
Las instalaciones situadas en una ladera de montaña, junto con la pista llena de grava y sílex volcánico, causaron muchos problemas a los equipos de competición.
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